lunes, 20 de julio de 2009

El gato


Sí, me lo ha contado tu madre .Pero quiero que me lo cuentes tú .Ella no entiende nada y yo tampoco .Además, la terraza está en un estado….¿ Lamentable ? .Mas o menos como tú. Los vecinos preguntan…y no creo que tarde en venir la policía .
-¿Y el obispo?
-¿El obispo?
-Sí .Va a venir ¿no?
-¡Ay madre!.Cuéntame todo hijo…que ya se lo contaré luego al obispo.

Cuando os fuisteis, después de cenar, me encerré en mi habitación. Estaba decidido a vaciar las cajas de libros y ordenarlos en las estanterías. Abrí la primera y salió Pessoa .Tomo el “Libro del desasosiego”, una página al azar, y leo: “aplázalo todo. Nunca se debe hacer hoy lo que también se puede dejar de hacer mañana. Ni siquiera es necesario que se haga algo, mañana u hoy.
Nunca pienses en lo que vas ha hacer .No lo hagas.
Vive tu vida .No seas vivido por ella.”
¿Era una señal? ¿Qué otra cosa podía hacer que no fuese aplazarlo todo? No pensaba aplazarlo para siempre, sólo para mañana, hasta pasado mañana como mucho, la semana que viene a más tardar. Lo que no aplacé fue un brindis por Pessoa, y otro por Ricardo Reis, y por Álvaro Campos, y Alberto Caeiro….. ¡Por Pessoa y todos sus heterónimos! ¿Cuántos heterónimos tiene Pessoa? ¡Una botella de oporto enterita!
Tenía varias cajas repletas de libros y una botella de güisqui y otra de vodka. ¿Qué hubieras hecho tú? ¿Qué habría hecho cualquier otra persona en mi lugar?
Abrir un libro y abrir una botella.Leer y beber .Recitar y brindar.
¡Vladimir Holan! ¡un chupito de vodka!
¡Raymond Chandler! ¡un chupito de güisqui!
¡Marina Tsvietaieva! ¡un chupito de vodka!
¡Saki! ¡un chupito de güisqui ¡
¡Nerval ¡ ¡oh, Nerval! Je suis le ténébreux, le veuf, l´inconsolé, Le Prince d´Aquitaine à la tour abolie: Ma seule Etoile est morte, et mon luth constellé porte le soleil noir de la Mélancolie. ¡uno de güisqui y uno de vodka!

-¡Ay Dios mío! ¡mi hijo es un alcohólico!
-Ya estamos igual que siempre, papá.Te digo que estaba leyendo y bebiendo, y tu vas y coges sólo la parte que te interesa. ¿No podías decir, ¡gracias, Dios mío, mí hijo lee!? No, tú siempre viendo la parte negativa…
-Mi hijo alcohólico…Pero una borrachera no justifica todo este desastre.El fuego, la explosión…
-La culpa fue del gato, que me insultó.
-¿El gato? ¿qué gato?
-El gato cabrón que se puso a cantar el Cara al Sol.
-¡Virgen Santísima!

Yo estaba leyendo a Cunqueiro, el final de las Mocedades de Ulises “Nacieron en un instante abriles en el aire, y la harina de los días se hizo pan.El héroe pulsaba a Penélope como quien tiende un noble arco, y lanzaba la flecha de la sonrisa recobrada contra las tinieblas, reinventando la luz.Nacieron hierbas otra vez, y las cosas tuvieron nombre.Reemprendieron su curso el sol, la luna y las estrellas.”
Levanté mi taza de orujo de hierbas, y grité ¡por Cunqueiro! Entonces el gato se asomó a la puerta de la terraza y dijo:
-Cunqueiro era un facha.
Yo estaba ya harto de oír siempre los mismos tópicos, los mismos prejuicios, y le grité ¡hijo de puta! El gato se reía. ¡Escribió un soneto a José Antonio! decía el cabrón. Y levantó la patita derecha, haciendo el saludo fascista y se puso a cantar el Cara al Sol. ¡Cara al sol con la camisa nueva, que tú bordaste en rojo ayer….
Estaba furioso, le tiré la Sombra del viento.Y él como si nada ¡me hallará la muerte si me lleva y no te vuelvo a ver….Le tiré El juego del angel, Los pilares de la tierra, todo Coelho.
-Los regalos de tía Gertrudis…
Y el gato como si nada, impasible el ademán, seguía cantando, y su sonrisa aumentaba y su cuerpo se hinchaba…¡Formaré junto a mis compañeros que hacen guardia sobre los luceros ¡…Los problemas de física de Manglano, las integrales de Coquillat, el cálculo infinitesimal de Tebar Flores.¡Hasta los cuatro tomos de geometría descriptiva!
-Ay.Tus libros de estudio…La carrera…
Si te dicen que caí, me fui al puesto que tengo allí…Pero el mamón no caía, todo lo que le lanzaba no hacía mella en él, crecía sin parar, ya ocupaba todo el hueco de la puerta de la terraza y me amenazaba con sus zarpas.Entonces lo ví claro, me acordé de La casa del juez, de Bram Stocker. ¡El gato era el diablo! Para vencerle tenía que arrojarle la Biblia .La única que tenía a mano era la de mi primera comunión, la Biblia en comic, veinte tomos …
-Regalo de tía Gertrudis.
Le tiré los veinte tomos, uno a uno, mientras decía la única oración que sé: Jesusito de mi vida…Con el último tomo explotó el diablo.En la terraza no quedó nada, ni gato, ni cara al sol ni leches.
-Los libros no explotan, hijo mío.
-Bueno…No estaba seguro de que funcionase, porque la Biblia era un comic...así que…
-¿Qué?
-Pues eso…como no estaba seguro de que funcionara, hice un cóctel molotov con lo que quedaba de la botella de orujo, y lo arrojé con el último tomo.Pero estoy seguro de que el gato era el diablo.
-¡Ay madre! ¡La madre que te parió! Montas la de Díos es Cristo por no hablar claro.No es más fácil, en lugar de volar la terraza, decir: ¡no me gusta estudiar ingeniería! ¡Odio al Zafón! ¡Odio a tía Gertrudis! ¡Odio al gato de la vecina! ¡Odio los bestsellers!
-Pero...
-¿Pero qué?
-Me gusta Fred Vargas.

IV


Allí donde el vuelo acaba
se repliegan las velas
mil ventanas se abren
pero sólo una guarda las huellas
de una larga espera
de un sueño quizás
carne y huesos acodados
soportando el paso de los dias
el peso de las horas.